Fue la segunda vez que le dio el shock. Un golpe seco, profundo en el pecho.
Le atravesó el alma.
Luego de un instante, cuando el dolor desapareció se le cerro el tórax, fuerte, asfixiante, casi lo sometía de rodillas. Tuvo la sensación de no sentir nada, de ser nada. Con fuerza levanto la mirada, lo volvió a ver y volvieron los sentimientos, las preguntas. Era una mirada que buscaba respuestas a través del vidrio de la heladera de lácteos de aquel lugar. No tenia reacción, no encontraba una. Mientras seguía contando envases de leche pensaba en cuantos niños estarían muriendo por desnutrición en aquel instante, en el mismo tiempo, en distintos espacios del mundo. ¿Cuántos serian?.
El tiempo parecía perder la cuenta, desaparecer a medida que la intensidad de aquella cuenta le perforaba el cerebro.
Leche prisionera de aquella heladera.
Niños muriendo.
…
Sus manos se llenaban de furia, de una furia salvaje, liberadora.
¿Cuántos niños llorando por hambre? ¿Cuántas madres llorando por niños con hambre?
…
El tiempo ya no era percibido.
…
No había nada entre el y la heladera. Podría abrir aquella puerta y darle todo a los niños. Seguían las preguntas. ¿Cuántas vidas salvaría con aquella simple acción? ¿Cuántos niños dejarían de sentir hambre? ¿Cuantos niños… cuantos niños están muriendo en este momento por un sentimiento que nunca experimento?
…
¿Por qué no lo hacia?
…
Niños muriendo..
Vio al cajero. Vio a su alrededor. Por primera vez en su vida vio a su alrededor.
Le dolían los ojos, le ardían, era la primera vez que los usaba.
Tantos productos, tantos colores, tantos tamaños, tantos precios…
Era tanto, tantas cosas delante suyo, que no podía entender. Estaba tan impactado, se había estrellado.
¿Cuánto alimento había en aquel súper mercado?¿Cuanto?¡¿Cuanto?!
¡¿Por qué no hacia nada?!¡ ¿Por qué no sacaba todo el alimento que estaba siendo retenido y lo daba a quienes en este preciso momento, en este segundo se están muriendo?!¡¿Cuantos salvaría?!
No existían respuestas, no existían.
Su cabeza quería estallar, el quería estallar. Quería que todo desaparezca. Que todo sea nada.
Levanto nuevamente la mirada.
Todo estaba allí, igual. Nadie se había distraído ni siquiera un instante.
…
¿No les importaba?
…
Quería gritar con todas sus fuerzas, un grito arrasador.
No grito. Quería gritar, no lo hacia. No hizo nada.
Se volvió a quedar sin sentimientos.
Termino de pagar y se fue, camino bajo la luna de vuelta a la casa, a paso tranquilo, sin pensar, sin sentir.
Entro, cerro con llave y tiro la bolsa sobre la mesa. Sentía el cuerpo muy cansado, no se sentía mal, no se sentía.
Casi instintivamente se le ocurrió prender la televisión para distraerse un poco, pero rápidamente se deshizo de esa idea. Sabia que no iba a encontrar nada distinto, que el mundo era siempre igual, que solo había sido otro día en donde nada había cambiado, o por lo menos eso creyó el.
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Este escrito esta en fase "borrador" asi q todas las criticas son bienvenidas como siempre :)
miércoles, 8 de septiembre de 2010
jueves, 17 de diciembre de 2009
Idiotas
Porque mi cabeza no puede encontrar la calma permanente.
Es que dia tras dia viene ese viento que siempre me hace pensar.
Ni siquiera por las noches, en silecio y escondido en las sombras puedo descansar tranquilo.
Como le explico al mundo mi verdad si loco es el que piensa, el que rompe los esquemas de los idiotas.
Como le digo a mi cabeza que tal vez no tiene razon, que quizas todo debe ser asi.
No hay posibilidad de que lo acepte.
Mi cabeza no reconoce este mundo como real, se rie de quienes hablan de alguna libertad.
Le dan pena los idiotas moralistas que creen tener algun alma.
La aburren los que no tienen fundamentos para sus verdades y la llena de bronca la impotencia de ver como son todos idiotas, idiotas que hacen lo que les dicen, idiotas que caminan por la ciudad como engranajes.
Tan idiotas sin saberlo y es tan claro.
Idiotas sin sentido, como yo, como vos.
Es que dia tras dia viene ese viento que siempre me hace pensar.
Ni siquiera por las noches, en silecio y escondido en las sombras puedo descansar tranquilo.
Como le explico al mundo mi verdad si loco es el que piensa, el que rompe los esquemas de los idiotas.
Como le digo a mi cabeza que tal vez no tiene razon, que quizas todo debe ser asi.
No hay posibilidad de que lo acepte.
Mi cabeza no reconoce este mundo como real, se rie de quienes hablan de alguna libertad.
Le dan pena los idiotas moralistas que creen tener algun alma.
La aburren los que no tienen fundamentos para sus verdades y la llena de bronca la impotencia de ver como son todos idiotas, idiotas que hacen lo que les dicen, idiotas que caminan por la ciudad como engranajes.
Tan idiotas sin saberlo y es tan claro.
Idiotas sin sentido, como yo, como vos.
Una burbuja en el rio
- ¿A dónde vas?- le preguntó sorprendido un pequeño pez a un gran salmón cuando se cruzaron en el río en direcciones contrarias.
- Río arriba- respondió entre suspiros el gran pez cansado de nadar contra la corriente.
- ¿Y por qué? ¿No es mejor dejarse llevar al mar?
- ¿Acaso no ves lo turbia que esta el agua allá? Yo quiero que el mar este limpio y en condiciones para todos los peces, por eso nado río arriba, para llegar a donde nace el río para cambiarlo.
- ¿y vos pensás que vas a llegar? ¿pensás que con lo oscuro que esta el agua la vas a cambiar?
Un gran silencio parece detener la correntada del río y ambos piensan sus próximas palabras.
El pez pequeño siguió con las preguntas.
- ¿No es mejor dejarse llevar por la corriente? ¿Aprovechar tu corta vida para ser feliz? Por algo los peces como vos son los preferidos de los tiburones.
- No puedo nadar tranquilo mientras al voltear vea que atrás mió el agua sigue siendo negra. No puedo descansar mientras algún otro pez se pierde en esa oscuridad. Simplemente no puedo parar de nadar, por que no solo nado por mi, nado por vos, nado por todos.
- En fin- suspiro el pequeño pez y siguiendo río abajo dijo:
- Vos sos un salmón, supongo que por eso nadas río arriba, yo en cambio soy un pez mucho más débil, no duraría demasiado tiempo en tu dirección.
- No siempre fui un salmón - respondió el cansado pez y a continuación agrego:
- Yo fuí un pez que nadaba como vos, río abajo, hasta que un día comprendí que algo estaba mal. No llegue acá fácilmente. Muchas veces me sentí completamente agotado y sin fuerzas. Muchas veces pensé en renunciar y dejarme llevar. Muchas veces no comprendí al resto de los peces y casi nadie me comprende. Ni siquiera se si algún día llegare a donde nace el río y si llegando, algo podré cambiar.
- ¿Y por que seguís nadando en contra de la corriente sabiendo lo difícil que es?- pregunto sorprendido el pequeño pez.
- Por que como vos, ya conozco hacia donde lleva la corriente, ya conozco ese camino. En cambio yo, elijo nadar.
- Río arriba- respondió entre suspiros el gran pez cansado de nadar contra la corriente.
- ¿Y por qué? ¿No es mejor dejarse llevar al mar?
- ¿Acaso no ves lo turbia que esta el agua allá? Yo quiero que el mar este limpio y en condiciones para todos los peces, por eso nado río arriba, para llegar a donde nace el río para cambiarlo.
- ¿y vos pensás que vas a llegar? ¿pensás que con lo oscuro que esta el agua la vas a cambiar?
Un gran silencio parece detener la correntada del río y ambos piensan sus próximas palabras.
El pez pequeño siguió con las preguntas.
- ¿No es mejor dejarse llevar por la corriente? ¿Aprovechar tu corta vida para ser feliz? Por algo los peces como vos son los preferidos de los tiburones.
- No puedo nadar tranquilo mientras al voltear vea que atrás mió el agua sigue siendo negra. No puedo descansar mientras algún otro pez se pierde en esa oscuridad. Simplemente no puedo parar de nadar, por que no solo nado por mi, nado por vos, nado por todos.
- En fin- suspiro el pequeño pez y siguiendo río abajo dijo:
- Vos sos un salmón, supongo que por eso nadas río arriba, yo en cambio soy un pez mucho más débil, no duraría demasiado tiempo en tu dirección.
- No siempre fui un salmón - respondió el cansado pez y a continuación agrego:
- Yo fuí un pez que nadaba como vos, río abajo, hasta que un día comprendí que algo estaba mal. No llegue acá fácilmente. Muchas veces me sentí completamente agotado y sin fuerzas. Muchas veces pensé en renunciar y dejarme llevar. Muchas veces no comprendí al resto de los peces y casi nadie me comprende. Ni siquiera se si algún día llegare a donde nace el río y si llegando, algo podré cambiar.
- ¿Y por que seguís nadando en contra de la corriente sabiendo lo difícil que es?- pregunto sorprendido el pequeño pez.
- Por que como vos, ya conozco hacia donde lleva la corriente, ya conozco ese camino. En cambio yo, elijo nadar.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
El soma del capitalismo
La droga del capitalismo.
Sistema canibalesco si los hay, el capitalismo nos ha enseñado a devorarnos unos a otros, sin piedad, sin culpa, ¿sin saberlo?. No hay excusas por supuesto, pero hay algo más, siempre hay algo más.
Debe haber sido mi paranoia con respecto de los zombis que cuando desperté ayer, pensé que estaba en una de estas películas. Puedo asegurar que veía a las personas caminar y devorarse, ¡caminar y devorarse!, como si vivieran casi inconscientemente. ¡Como zombis! – dije.
Inmediatamente fui a la escuela a buscar a mi hermana y no lo podía creer, ya se habían transformado. La profesora delante de su pizarrón, repitiendo un discurso para los alumnos que sentados prestaban atención. Sigilosamente por el pasillo principal salí intentando no llamar la atención de los muertos-vivos y fui a buscar a mi padre que estaba trabajando en la fábrica. Allí, supe que la situación era peor de lo que pensaba, los trabajadores eran zombis también y parecía que no iba a encontrar a nadie que me ayudara, así que decidí volver a mi casa.
Me desplome en el sillón y agotado, prendí la televisión, supuse que podría enterarme de lo que estaba pasando si miraba el noticiero, por supuesto que mi pobre ilusión pronto se desvanecería. A los pocos minutos el programa llego al corte y comenzó la propaganda. Estaba tan cansado, y el sillón era tan cómodo, que cuando me relaje un poco estaba casi en estado de hipnosis. No se si fue despierto o dormido, pero sentí que estaba dentro de una publicidad. Era una escena fuerte, de esas que dicen más de lo que muestran y cuando termino tuve la sensación de que si tuviese un cigarrillo en la boca no tendría problemas para matar a los zombis, o por lo menos hacerlo con estilo.
Enseguida salí de aquel estado de sugestión y me di cuenta que yo no fumo cigarrillos, ni siquiera me gusta un poco, pero que tendría estilo, nadie lo dudaba.
¡Como zombis! – dije.
La fabrica de conductas
Hay muchas maneras de producir, supongo, pero estamos acostumbrados a la producción en serie, la llave de la revolución industrial y una de las bases del sistema económico que nos domina. El conocimiento, por su parte, también es un producto como cualquier realización del hombre y como tal, puede producirse en serie. La escuela, por ejemplo, es una institución formadora de personas, produce conocimiento en serie (los mas escépticos diremos que fabrica idiotas útiles). Una organización piramidal en la distribución del poder, con un director coordinando a los profesores. En el aula están los alumnos, sentados en fila y mirando hacia el frente, donde esta el pizarrón y el profesor. El maestro da clases de pie, haciendo una diferencia en la perspectiva que tienen los alumnos estando sentados, da un orden.
Las calificaciones son individuales y se premia a los mejores promedios y se castiga a quien no cumple con las expectativas impuestas. Adam Smith, el padre del capitalismo sostenía que cada parte del grupo, debe esforzarse y concentrarse en la mejora individual. La competencia entre los individuos influiría directamente en un progreso colectivo. Esta máxima es aplicada a la economía, y a casi cualquier actividad de nuestra sociedad, como los deportes o la escuela. Los alumnos que no respetan el “contrato educativo” reciben el castigo de repetir, por ejemplo. Pero el próximo año recibirán la misma educación que los margino, no se probara otra manera de enseñar. Sin embargo, aunque todos parecen preocuparse por la educación de los chicos (cuanto sarcasmo) cada año aumenta el numero de alumnos que repiten o abandonan el colegio.
Cuando los alumnos tienen algún reclamo, pueden acudir al centro de estudiantes (el sindicato estudiantil) y las medidas para resolver la mayoría de los problemas son negociaciones con la directiva que buscara alguna especie de concesión. Cuando las negociaciones fallan están los dos finales posibles, los alumnos agachan la cabeza y vuelven al aula o toman alguna medida más radical y por lo tanto calificada de ilegal, inmoral y por lo tanto reprimible.
¿Dónde esta el sentido común? Si se llega al punto de una medida mas revolucionaria como la toma del colegio, por ejemplo, algunos padres de alumnos dirán que son chicos que no quieren estudiar y solo van a molestar; que en su época eso no pasaba; que es la música, las drogas o alguna distracción inmoral; que reclamar esta bien pero esa no es la forma y mas de uno estará de acuerdo con que la escuela vuelva a la “normalidad” utilizando la fuerza. Esto, es el sentido común.
Esta especie de instinto no sale de nuestro corazón o alguna fuerza mágica nos lo regala, el sentido común es un producto del hombre. ¿Por qué el hombre crearía un patrón de comportamientos y pensamientos? Control.
El control, el conocimiento y el poder están fundidos en una relación tan compleja como quimérica y merece un desarrollo más profundo que este simple repaso.
Lo más sorprendente del control de masas es la invisibilidad de sus cadenas y la demencia que generan. El problema siempre ha sido la elección, y el control actual toma la responsabilidad de la elección de las masas pero crea una ilusión de libertad, por lo cual la manipulación vive debajo de la ilusión de libertad pero concientemente actúa sobre el inconciente del individuo generando una inconciencia de masas. Una masa esclava.
Los métodos de manipulación del inconciente son producidos en serie. El sistema mantiene sus reglas en todas las etapas. Cuantas veces hemos escuchado decir “este chico se hipnotiza con la televisión”, por ejemplo. La repetición y la publicidad son dos herramientas fundamentales. Aunque la publicidad existe desde mucho antes, los avances tecnológicos puestos a servicio de los intereses corporativos han logrado producir la publicidad en serie también. Un televisor por casa y toda la sociedad recibe lo mismo sin necesidad de concentrarlos, eso genera un doble beneficio: las personas cada vez se aíslan mas dejando la comunicación en manos de quienes controlan la tecnología y todos reciben el discurso, la publicidad o lo que sea desde el televisor causando la sensación de que aquella caja es una especie de orador y cultivando su mensaje como la única verdad o la verdad superadora.
La droga del capitalismo
La publicidad de los cigarrillos es fantástica. Se puede deshilachar como el sistema juega con sus reglas en todos los ámbitos. Esta publicidad actúa sobre la conducta y sobre la personalidad del individuo. El sistema capitalista, que desde la competencia y el “éxito” individual promete un ascenso social (y el descenso colectivo) ya prepara a los individuos para que inconcientemente sientan empatia entre la publicidad y sus expectativas.
Desde la producción en serie de los cigarrillos y su comercialización se creo la ilusión de que este hábito pertenecía a las clases altas y prestigiosas pero que estaba al alcance de todos. ¡Magia!.
En las primeras décadas, los protagonistas de la publicidad tabacalera eran actores, médicos, soldados, modelos, personalidades reconocidas y todo en una escena exitosa, con una proyección hasta el individuo. Todo esto sumado a la vida cotidiana de las masas, cansadas de ser masas, y sus expectativas de ascenso social, tuvo como resultado un incremento exponencial de consumidores (es un termino mas completo que el de fumadores) además de crear una conducta cultural.
Hoy ha cambiado un poco, pero el mecanismo es el mismo, en las publicidades de cigarrillos los protagonistas parecen personas comunes pero siempre en la escena exitosa, ya que hoy la expectativa que domina en los jóvenes consumidores es la de ser famoso sin ser alguien en particular, sino ser famoso como sea por lo cual su expectativa es casi idéntica a la imagen de la publicidad.
El consumidor no solo esta comprando el producto, sino que esta comprando una conducta, una personalidad y un modelo de éxito, todo instalado en el inconciente.
Según las reglas del sistema, es valido y justificable que las empresas tabacaleras utilicen las herramientas disponibles para competir en el mercado y así ganar dinero. Pero dijimos que siempre hay algo más y así es, las corporaciones adoran la relación nombrada anteriormente, control, conocimiento y poder suena delicioso a su canibalesco apetito.
La realidad no cumple con las expectativas de las masas y sin embargo, sigue siendo la realidad. Las corporaciones se han adueñado de los gobiernos y su poder parece inagotable, la invisibilidad de sus cadenas y el motor que construye o destruye inconcientes crea la ilusión de que es imposible cambiar el mundo, pero sigue siendo una ilusión.
Lo más importante siempre ha sido la elección y no podemos ver o actuar más allá de
las decisiones que no entendamos, pero aunque todo parezca una ilusión hay una
verdad; ellos no saben quien eres y así comienza tu libertad.
Sistema canibalesco si los hay, el capitalismo nos ha enseñado a devorarnos unos a otros, sin piedad, sin culpa, ¿sin saberlo?. No hay excusas por supuesto, pero hay algo más, siempre hay algo más.
Debe haber sido mi paranoia con respecto de los zombis que cuando desperté ayer, pensé que estaba en una de estas películas. Puedo asegurar que veía a las personas caminar y devorarse, ¡caminar y devorarse!, como si vivieran casi inconscientemente. ¡Como zombis! – dije.
Inmediatamente fui a la escuela a buscar a mi hermana y no lo podía creer, ya se habían transformado. La profesora delante de su pizarrón, repitiendo un discurso para los alumnos que sentados prestaban atención. Sigilosamente por el pasillo principal salí intentando no llamar la atención de los muertos-vivos y fui a buscar a mi padre que estaba trabajando en la fábrica. Allí, supe que la situación era peor de lo que pensaba, los trabajadores eran zombis también y parecía que no iba a encontrar a nadie que me ayudara, así que decidí volver a mi casa.
Me desplome en el sillón y agotado, prendí la televisión, supuse que podría enterarme de lo que estaba pasando si miraba el noticiero, por supuesto que mi pobre ilusión pronto se desvanecería. A los pocos minutos el programa llego al corte y comenzó la propaganda. Estaba tan cansado, y el sillón era tan cómodo, que cuando me relaje un poco estaba casi en estado de hipnosis. No se si fue despierto o dormido, pero sentí que estaba dentro de una publicidad. Era una escena fuerte, de esas que dicen más de lo que muestran y cuando termino tuve la sensación de que si tuviese un cigarrillo en la boca no tendría problemas para matar a los zombis, o por lo menos hacerlo con estilo.
Enseguida salí de aquel estado de sugestión y me di cuenta que yo no fumo cigarrillos, ni siquiera me gusta un poco, pero que tendría estilo, nadie lo dudaba.
¡Como zombis! – dije.
La fabrica de conductas
Hay muchas maneras de producir, supongo, pero estamos acostumbrados a la producción en serie, la llave de la revolución industrial y una de las bases del sistema económico que nos domina. El conocimiento, por su parte, también es un producto como cualquier realización del hombre y como tal, puede producirse en serie. La escuela, por ejemplo, es una institución formadora de personas, produce conocimiento en serie (los mas escépticos diremos que fabrica idiotas útiles). Una organización piramidal en la distribución del poder, con un director coordinando a los profesores. En el aula están los alumnos, sentados en fila y mirando hacia el frente, donde esta el pizarrón y el profesor. El maestro da clases de pie, haciendo una diferencia en la perspectiva que tienen los alumnos estando sentados, da un orden.
Las calificaciones son individuales y se premia a los mejores promedios y se castiga a quien no cumple con las expectativas impuestas. Adam Smith, el padre del capitalismo sostenía que cada parte del grupo, debe esforzarse y concentrarse en la mejora individual. La competencia entre los individuos influiría directamente en un progreso colectivo. Esta máxima es aplicada a la economía, y a casi cualquier actividad de nuestra sociedad, como los deportes o la escuela. Los alumnos que no respetan el “contrato educativo” reciben el castigo de repetir, por ejemplo. Pero el próximo año recibirán la misma educación que los margino, no se probara otra manera de enseñar. Sin embargo, aunque todos parecen preocuparse por la educación de los chicos (cuanto sarcasmo) cada año aumenta el numero de alumnos que repiten o abandonan el colegio.
Cuando los alumnos tienen algún reclamo, pueden acudir al centro de estudiantes (el sindicato estudiantil) y las medidas para resolver la mayoría de los problemas son negociaciones con la directiva que buscara alguna especie de concesión. Cuando las negociaciones fallan están los dos finales posibles, los alumnos agachan la cabeza y vuelven al aula o toman alguna medida más radical y por lo tanto calificada de ilegal, inmoral y por lo tanto reprimible.
¿Dónde esta el sentido común? Si se llega al punto de una medida mas revolucionaria como la toma del colegio, por ejemplo, algunos padres de alumnos dirán que son chicos que no quieren estudiar y solo van a molestar; que en su época eso no pasaba; que es la música, las drogas o alguna distracción inmoral; que reclamar esta bien pero esa no es la forma y mas de uno estará de acuerdo con que la escuela vuelva a la “normalidad” utilizando la fuerza. Esto, es el sentido común.
Esta especie de instinto no sale de nuestro corazón o alguna fuerza mágica nos lo regala, el sentido común es un producto del hombre. ¿Por qué el hombre crearía un patrón de comportamientos y pensamientos? Control.
El control, el conocimiento y el poder están fundidos en una relación tan compleja como quimérica y merece un desarrollo más profundo que este simple repaso.
Lo más sorprendente del control de masas es la invisibilidad de sus cadenas y la demencia que generan. El problema siempre ha sido la elección, y el control actual toma la responsabilidad de la elección de las masas pero crea una ilusión de libertad, por lo cual la manipulación vive debajo de la ilusión de libertad pero concientemente actúa sobre el inconciente del individuo generando una inconciencia de masas. Una masa esclava.
Los métodos de manipulación del inconciente son producidos en serie. El sistema mantiene sus reglas en todas las etapas. Cuantas veces hemos escuchado decir “este chico se hipnotiza con la televisión”, por ejemplo. La repetición y la publicidad son dos herramientas fundamentales. Aunque la publicidad existe desde mucho antes, los avances tecnológicos puestos a servicio de los intereses corporativos han logrado producir la publicidad en serie también. Un televisor por casa y toda la sociedad recibe lo mismo sin necesidad de concentrarlos, eso genera un doble beneficio: las personas cada vez se aíslan mas dejando la comunicación en manos de quienes controlan la tecnología y todos reciben el discurso, la publicidad o lo que sea desde el televisor causando la sensación de que aquella caja es una especie de orador y cultivando su mensaje como la única verdad o la verdad superadora.
La droga del capitalismo
La publicidad de los cigarrillos es fantástica. Se puede deshilachar como el sistema juega con sus reglas en todos los ámbitos. Esta publicidad actúa sobre la conducta y sobre la personalidad del individuo. El sistema capitalista, que desde la competencia y el “éxito” individual promete un ascenso social (y el descenso colectivo) ya prepara a los individuos para que inconcientemente sientan empatia entre la publicidad y sus expectativas.
Desde la producción en serie de los cigarrillos y su comercialización se creo la ilusión de que este hábito pertenecía a las clases altas y prestigiosas pero que estaba al alcance de todos. ¡Magia!.
En las primeras décadas, los protagonistas de la publicidad tabacalera eran actores, médicos, soldados, modelos, personalidades reconocidas y todo en una escena exitosa, con una proyección hasta el individuo. Todo esto sumado a la vida cotidiana de las masas, cansadas de ser masas, y sus expectativas de ascenso social, tuvo como resultado un incremento exponencial de consumidores (es un termino mas completo que el de fumadores) además de crear una conducta cultural.
Hoy ha cambiado un poco, pero el mecanismo es el mismo, en las publicidades de cigarrillos los protagonistas parecen personas comunes pero siempre en la escena exitosa, ya que hoy la expectativa que domina en los jóvenes consumidores es la de ser famoso sin ser alguien en particular, sino ser famoso como sea por lo cual su expectativa es casi idéntica a la imagen de la publicidad.
El consumidor no solo esta comprando el producto, sino que esta comprando una conducta, una personalidad y un modelo de éxito, todo instalado en el inconciente.
Según las reglas del sistema, es valido y justificable que las empresas tabacaleras utilicen las herramientas disponibles para competir en el mercado y así ganar dinero. Pero dijimos que siempre hay algo más y así es, las corporaciones adoran la relación nombrada anteriormente, control, conocimiento y poder suena delicioso a su canibalesco apetito.
La realidad no cumple con las expectativas de las masas y sin embargo, sigue siendo la realidad. Las corporaciones se han adueñado de los gobiernos y su poder parece inagotable, la invisibilidad de sus cadenas y el motor que construye o destruye inconcientes crea la ilusión de que es imposible cambiar el mundo, pero sigue siendo una ilusión.
Lo más importante siempre ha sido la elección y no podemos ver o actuar más allá de
las decisiones que no entendamos, pero aunque todo parezca una ilusión hay una
verdad; ellos no saben quien eres y así comienza tu libertad.
Preso en mi ciudad
“…el día de hoy fue demoledor, me duele todo el cuerpo y mi cabeza no encuentra calma para relajarse ni siquiera cuando duermo. No se cuanto mas voy a durar en este lugar. No nací para estar acá, me encerraron sin poder elegir. La luz se apaga y no queda otra que dormir entre pesadillas. Estoy solo en este cuarto frió, al que llamo hogar porque no me queda otra. Al principio sentía odio, todo era bronca, pero ahora me siento un animal, un animal sin alma, sin mirada. Lo peor de todo es que mañana cuando esa puerta se abra todo vuelve a comenzar. La batalla por sobrevivir se llevara a algunos compañeros y tal vez la muerte me tenga en su lista, pero ya nada de eso importa, porque aquí eh perdido el sentimiento que me mantenía cuerdo, la esperanza…”
El relato con el que comienza esta nota pertenece a un preso, a un condenado de por vida. No a un hombre detrás de las rejas, encerrado en una prisión de cemento. Aquel fragmento tranquilamente podría ser tuyo, mío o de cualquier trabajador, de cualquier niño explotado o de algún travesti. Podría haber sido escrito por un estudiante universitario, podría ser de un científico. Los maestros se sentirán identificados, también los doctores, los enfermeros y los enfermos. Por que aquí, en nuestro mundo, todos somos presos. Todos somos esclavos.
Nuestros hijos nacen, pero ya no crecen, no aprenden, ni siquiera son niños. Son (y somos) parte de un plan infernal. Desde el momento en que nacemos, y mientras la vida avanza, pasamos por distintas instituciones políticas que van formando una matriz, una red de infinitos factores, la experiencia humana.
La sociedad, la cultura, y la verdad han sido mitificados, maquillados por un grupo de personas (dése el gusto de desconfiar del termino persona) que se han hecho del destino del resto.
La escuela, que no enseña sino que programa. La iglesia que miente y esconde. La policía que es una institución política de represión y cada organismo de la sociedad regulan el comportamiento de los individuos y mantienen la correa a tiro.
La cárcel no es más que una maqueta de la ciudad, tienen un modelo de diseño donde el amo y señor puede observar la conducta y comportamiento de todos los presos para regularla pero sin ser notado por estos. En la cárcel está aquel que sirve de chivo expiatorio, están los más fuertes que gracias a la violencia que ejercen consiguen ciertos privilegios. Están los que se mezclan en la ilegalidad para conseguir lo prohibido y están aquellos que trabajan y tienen buena conducta. En la prisión las personas se dividen por tribus para sobrevivir, por lo menos un día mas. Están también los lacayos de los guardias, que en su afán por canalizar toda su frustración y vida miserable juegan al amo, los pobres ingenuos. Cada ser en la cárcel vive de una ilusión, una ilusión falsa que les permite escapar a la realidad de que todos son esclavos, desde el más débil de los presos hasta el jefe de la prisión. Son esclavos.
En la ciudad es exactamente igual, tal vez más cruel. Por eso, todos somos presos políticos que vivimos de una ilusión, la ilusión de libertad.
Usted debería desconfiar de lo que esta leyendo, pero también de todo lo que lo rodea, no para paranoiquear, sino para liberarse o por lo menos vivir intentándolo.
La historia de los libros, la cultura de las épocas, el conocimiento y “la verdad” pertenecen a una clase dominante que esta por encima de los extractos sociales. No son los ricos ni los famosos, están más allá.
Hasta el sentido común, que parece el más común de los sentidos no es más que las ideas de la ideología dominante. Esta se encargara de llevar a cabo la manipulación de la realidad para mantenerse en la posición de amo, con 3 conceptos básicos: naturalizar lo social, eternizar lo histórico y universalizar lo particular.
Hay muchas más cosas y situaciones para analizar, hay muchas mas pruebas de que esta es la verdad que nos da la mentira. En casi todas las situaciones de la vida cotidiana podemos ver puesto en práctica este plan, este destino que no elegimos. Las personas van por la ciudad y la mayoría jamás se detendrá un segundo a pensar en nada, porque esa es la idea, de que todos los engranajes de esta maquinaria funcionen así, mecánicamente y sin cuestionar ni siquiera su propia existencia. Un modelo de éxito falso.
Y así vamos por la vida, tosiendo alquitrán y aturdidos por el ruido de la ciudad.
Atrapados en libertad. Trabajando y muriendo para alguien más. Me gustaría poder darte todas las respuestas y las soluciones de este anagrama indescifrable pero no las tengo. Puedo dar todo de mí sin esperar nada a cambio, pero el resto depende de vos.
El relato con el que comienza esta nota pertenece a un preso, a un condenado de por vida. No a un hombre detrás de las rejas, encerrado en una prisión de cemento. Aquel fragmento tranquilamente podría ser tuyo, mío o de cualquier trabajador, de cualquier niño explotado o de algún travesti. Podría haber sido escrito por un estudiante universitario, podría ser de un científico. Los maestros se sentirán identificados, también los doctores, los enfermeros y los enfermos. Por que aquí, en nuestro mundo, todos somos presos. Todos somos esclavos.
Nuestros hijos nacen, pero ya no crecen, no aprenden, ni siquiera son niños. Son (y somos) parte de un plan infernal. Desde el momento en que nacemos, y mientras la vida avanza, pasamos por distintas instituciones políticas que van formando una matriz, una red de infinitos factores, la experiencia humana.
La sociedad, la cultura, y la verdad han sido mitificados, maquillados por un grupo de personas (dése el gusto de desconfiar del termino persona) que se han hecho del destino del resto.
La escuela, que no enseña sino que programa. La iglesia que miente y esconde. La policía que es una institución política de represión y cada organismo de la sociedad regulan el comportamiento de los individuos y mantienen la correa a tiro.
La cárcel no es más que una maqueta de la ciudad, tienen un modelo de diseño donde el amo y señor puede observar la conducta y comportamiento de todos los presos para regularla pero sin ser notado por estos. En la cárcel está aquel que sirve de chivo expiatorio, están los más fuertes que gracias a la violencia que ejercen consiguen ciertos privilegios. Están los que se mezclan en la ilegalidad para conseguir lo prohibido y están aquellos que trabajan y tienen buena conducta. En la prisión las personas se dividen por tribus para sobrevivir, por lo menos un día mas. Están también los lacayos de los guardias, que en su afán por canalizar toda su frustración y vida miserable juegan al amo, los pobres ingenuos. Cada ser en la cárcel vive de una ilusión, una ilusión falsa que les permite escapar a la realidad de que todos son esclavos, desde el más débil de los presos hasta el jefe de la prisión. Son esclavos.
En la ciudad es exactamente igual, tal vez más cruel. Por eso, todos somos presos políticos que vivimos de una ilusión, la ilusión de libertad.
Usted debería desconfiar de lo que esta leyendo, pero también de todo lo que lo rodea, no para paranoiquear, sino para liberarse o por lo menos vivir intentándolo.
La historia de los libros, la cultura de las épocas, el conocimiento y “la verdad” pertenecen a una clase dominante que esta por encima de los extractos sociales. No son los ricos ni los famosos, están más allá.
Hasta el sentido común, que parece el más común de los sentidos no es más que las ideas de la ideología dominante. Esta se encargara de llevar a cabo la manipulación de la realidad para mantenerse en la posición de amo, con 3 conceptos básicos: naturalizar lo social, eternizar lo histórico y universalizar lo particular.
Hay muchas más cosas y situaciones para analizar, hay muchas mas pruebas de que esta es la verdad que nos da la mentira. En casi todas las situaciones de la vida cotidiana podemos ver puesto en práctica este plan, este destino que no elegimos. Las personas van por la ciudad y la mayoría jamás se detendrá un segundo a pensar en nada, porque esa es la idea, de que todos los engranajes de esta maquinaria funcionen así, mecánicamente y sin cuestionar ni siquiera su propia existencia. Un modelo de éxito falso.
Y así vamos por la vida, tosiendo alquitrán y aturdidos por el ruido de la ciudad.
Atrapados en libertad. Trabajando y muriendo para alguien más. Me gustaría poder darte todas las respuestas y las soluciones de este anagrama indescifrable pero no las tengo. Puedo dar todo de mí sin esperar nada a cambio, pero el resto depende de vos.
sábado, 24 de octubre de 2009
Zafandola
Encontraras un rejunte de escritos, ideas, delirios, sueños y pesadillas. Encontraras caminos distintos a la realidad que ves todos los días. Vas a encontrar una mente, que lucha por ser libre.
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